Los efectos sobre el medio ambiente son notables. El agua se vuelve más ácida, lo que puede provocar la desaparición de la vida animal y vegetal de lagos, canales y ríos. Diversas especies de peces, líquenes, musgos y hongos, algunos esenciales para la masa forestal, y los organismos acuáticos pequeños son los más afectados. La disminución de la presencia arbórea aumenta además la posibilidad de avalanchas y corrimientos de tierra, poniendo en peligro las poblaciones cercanas.
El proceso de acidificación también puede reducir la fertilidad de los suelos y liberar metales que pueden dañar a los microorganismos de la tierra, así como a pájaros y mamíferos superiores de la cadena alimenticia, e incluso al ser humano.
http://revista.consumer.es/web/es/20061101/medioambiente/70849.php